Galimatías. 11 de febrero de 2024
Ernesto Gómez Pananá
Hace un par de semanas, abordé en esta columna el tema del calentamiento global a través de los significativos cambios que en materia de clima ha experimentado la capital de Chiapas. Este clima más seco y mucho más caluroso es nuestra nueva -e irreversible- realidad.
Así como este, en los tiempos recientes experimentamos otro par de fenómenos también irreversibles y de alto impacto de los que esta columna ya ha abordado pero que ante esta terca y avasallante realidad hoy no queda de otra que volver a abordar y no, no se trata de las encuestas electorales en curso ni tampoco de lo triste que lucen las esquinas de Tuxtla sin las botargas de Pepe Cruz. Me refiero al narcotráfico y a la migración, nuestros calvarios del siglo XXI.
I. Del crecimiento exponencial de la delincuencia organizada existen abundante evidencia e información: municipios y regiones completas controladas por los distintos grupos con presencia en el estado, cada vez más notoria y cada más violenta. Generalmente lo que uno encuentra es información segmentada que da cuenta de acontecimientos lamentables aunque no es tan frecuente encontrar información que brinde mayor contexto de grupos, protagonistas y rivalidades, o mapas que permitan comprender más integralmente el fenómeno. Hace unos días encontré en la red un par de reportajes firmados por el periodista británico Ioan Grillo, quien ha investigado desde hace veinte años el problema de los cárteles del narcotráfico en nuestro país. En su trabajo titulado “Cómo los cárteles invadieron Chiapas”, publicado en diciembre del año pasado, Grillo detalla con tremenda claridad lo que sucede, por ejemplo, en Frontera Comalapa, Chamic, Motozintla o Frontera Corozal, estableciendo los vasos comunicantes de este “negocio” con otros como el cobro de piso o el tráfico de migrantes hacia la frontera norte. Como lector de prensa desde hace décadas, puedo decir que es un material profesional y sólido y su lectura es obligada. Aquí comparto la liga las dos partes de un total de cuatro, que ya se encuentran disponibles. Puedo imaginar que la lectura causará el mismo estupor y la misma preocupación que provocaron en un servidor. La crudeza no permite cerrar los ojos.
Aquí las ligas estimados quince lectores:
Esta es la primera parte
Chiapas está en una espiral de violencia creciente que invade de manera acelerada más y más territorio. No nos merecemos esto. No cerremos los ojos.
Oximoronas 1. El fin de semana pasado, luego de su “más reciente” -que no última- victoria electoral, el presidente Bukele expresó ante la sociedad salvadoreña y ante el mundo: «es la primera vez que en un país existe un partido único en un sistema plenamente democrático. Toda la Oposición junta quedó pulverizada». El chiste es espeluznante y se cuenta solo. Hay que decirlo con todas sus letras, Bukele es un demagogo, un autócrata egocéntrico que cabalga aceleradamente hacia la tiranía.
Oximoronas 2. Qué penoso el caso de Álvarez Máynez confirmando que debajo de una cara joven subyacen los viejos modos de la política de siempre. Deslavada, frívola y whitexican, pero igualmente vieja política. Pena ajena.
Oximoronas 3. Dos servidores públicos asesinados en Zacatecas esta semana, ambos miembros del clan Monreal, ambos parientes del gobernador David Monreal. Su sexenio será recordado como el más violento de la historia. El poder vuelve a las personas caraduras e insensibles. En casi cualquier otro país del mundo hace años que un personaje tan francamente incapaz habría renunciado. Una vergüenza tanta desvergüenza.